jueves, 17 de mayo de 2007

Ambrosía

Su vestido olía a fresas
y la mañana
a fiesta y jazmín.
Sentido atardecer
de la arboleda en flor.
El sordo ruido del mar
quebraba los sentidos,
acunando una sombra
volátil y nerviosa
que perseguía el aroma
de las fresas al pasar.

Las hojas susurraron
al compás de los suspiros,
mientras el cielo se cubre
de alas extendidas
en ensordecedor ruido.

Ante contenido secreto
sostenían el aliento.
El agua murmuraba sentido
empujado por el viento.

Tan lejano, aún presente,
pronto se hizo el silencio
con el último suspiro.

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